domingo, 17 de septiembre de 2006

Días de bloqueo total


A veces me cuesta respirar.
En ocasiones, ignoro el lenguaje de las palomas y las quimeras, y tengo que asegurarme con ligamentos de cortesía falsa pero bien intencionada para no lastimar al prójimo.
Siempre trato de simular entendimiento, como un buitre, carroñando las creencias ajenas. Sucede que, en las penumbras de los lápices impostores, me siento el ser más incompleto de la existencia misma. Experimento una sensación de no tener sensación alguna. En estos días, en los cuales no hay sol ni cielo de lana, infinitud de cuchillos se estrellan en mis espaldas de hielo, mientras, a lo lejos, la autopista de los imbéciles se detiene para burlarse de mi mala racha de cactus.

Hay noches en que la sonambulidad de los árboles me parece de lo más degradante. Existen momentos en que las auroras se vuelven invisibles, pasando a través de la piel de los lagartos, muriendo con la última gota de la ambrosía carioca.
Pies que golpean los tambores sensuales son mis pies. Manos que serpentean ideas suicidas son mis manos. Sangre viscosa que nieva en mis rincones chocolatosos es mi sangre.

Solitariamente, los nudos se desatan con las espumas de la paciencia gelatinosa de saber que ningun tiempo está perdido, y que de lo negro, surge lo blanco...

1 comentario:

franco dijo...

Me tenté a leer el post ilustrado por Magritte.. me gustó la relación cuadro-texto. ¿Conocés el cuadro del mismo autor en el que se ve lo que podría decirse una vela que oscurece la sala donde se ve una blonda?
suerte