miércoles, 24 de septiembre de 2008

Ascendente


Me muero.
Tanta palabra envuelta en cordones silenciosos
tantos nudos victoriosos de placeres...
Ansias de seguir aprendiendo.
Y más mente arrastrada hacia voces lejanas
tibios desencuentros
e infinitas obscenidades...


Volver.
Volver al remolino urbano
deshaciendo caracoles y triunfando sobre la sangre
Retomar las rutas nacionales
y beberlas en un sorbo bretón.
Todo consiste
en infiernar el cielo
con lo inconcluso de mis aladas esperanzas...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sentado, con la panza en la garganta, descubro nuevas protuberancias en las entrañas de mis soledades...

domingo, 7 de septiembre de 2008

Espíritu chocarrero



Tengo un amigo que no es
ni la dulzura mansa de las noches enredadas
ni los revoltosos susurros que acechan las baldosas nocturnas.

Se aparece en noches de tormenta,
buscando refugio de los estrépitos del éter

Siempre solo, con nosotros y no tanto.
Se desplaza entre las incontinencias de las moléculas de humo
A veces se escapa de las adherencias del ladrillo
y lo vemos marchar hacia lo Imposible

Contamos con frijoles las ocasiones
en que nos tararea nanas interdimensionales
Como así también llevamos todo un Prontuario
de las veces en que se ha quedado
velando por nuestros dormires

Busca la risa como el alma la Eternidad

No sabe dónde está, pero abre los portones de los Mundos
y cierra las puertas con medio giro de llave.
Canta. Observa. Anda sin andar.
¿Vive?


lunes, 1 de septiembre de 2008

Niño-que-ríe



Una vez por semana
o muy de vez en cuando.

Es ese ardor del canto hecho piel.
Es volver al tiempo
sin relojes
ni etiquetas.
Es correr tras la sencillez
de una pelota rodante
que se hace mundo.

Es mi hermano duplicado
Mi infancia repetida
La oportunidad
de retribuir lo compartido.
Es un pacto renovador
en medio de los trenes del silencio.

Todo lo vuelve luz.

Javier ríe
y hace más caminables
los senderos de mi existencia...

Deseos al vuelo


pensar en las olas
(cuándo no)
soñar con volcanes apagados
buscarlos entre las alfombras aledañas
mientras llega la noche.

encontrarte alguna tarde
detrás de alguna excusa
e imitar tus espejos
(o al menos no esperarte)

hablar a las cobras
danzar bajo un puente
y bucear las tinieblas
con la calma de un eunuco

jugar a la Vida
bromear con la Muerte
beber gracias y perennes saberes

festejar las derrotas
llorar el orgasmo
mutar con el Caos al filo

volver a insistir...

seguir preguntando...

llevar la fiebre del mundo en las venas...

Y, sobre todo, nacer andando.