domingo, 27 de julio de 2014

Lunita de Fuego



"Descansa, olvídate de ti mismo, no tengas miedo de nada.
Sólo entonces los poderes que nos guían, nos abren el 
camino y nos auxilian. Sólo entonces"

Las enseñanzas de Don Juan


Y cómo no recordarlo hoy, que hallé tantas respuestas 
mientras me distraía contando los hipos y las olas
en medio de una agitación.
La bendición de ser tío, por triplicado...



lunes, 14 de julio de 2014

Sin locura no hay felicidad

El boulevard me rodeaba con sus autos circulantes, todos con lanchas y canoas a las rastras.
[Muchos enamorados, enamoradas del río por aquellos lados, hermosa la vibración].
Y mientras la Pacha nos abrazaba con su nochecita veraniega, yo-jipi descansaba un poco y me preparaba para la próxima manifestación.

Estaba sentado sobre un banco de esos de plaza, con el bolso desparramado así nomás, en medio de la avenida, respirando, respiraaaando, bien atento al cuerpo y sus sensaciones.
Nada venía de ninguna parte; en realidad, era en una noche más, como cualquier otra, en medio de la vorágine turística- carnavalesca de Gualeguaychú. Aunque es cierto que la piel avisa de la proximidad del encuentro loco: esa vuelta, sabía que tenía que estar ahí, completito, formando parte de un algo, a las expectativas de, en la espera, agazapado sin saber bien pa qué.

- Flaco, tenés fuego?
Putaparió, este loco me distrajo. O no, pará...
- Sí loco, servite...
- ¿Sos mochilero?
- Eh... algo así, me ando haciendo el mochilero, porque la verd- chan, el fuego era para prender un faso (sí, a mí la Ganjah me cae del cielo)
- Tá re bueno. Yo vengo de laburar, recién pasé por un lugar a pegar así me relajo... por lo menos me hago una seca antes de llegar a las casa viste...

De más está decir que a esa seca la compartimos gustosamente. Y que el loco desentramó su vida, ahí nomás, en medio de los autos, mientras esperaba el bondi.

- A mí me gusta hablar con gente de la calle. Es en donde encontrás los personajes más copados. Nada se compara a la sabiduría que tenés si andás en la calle. Al toque te das cuenta de todo, quién es buena onda, quién no... todos somos amigos acá porque estamos en las mismas. Y si no nos ayudamos ¿quién nos va a dar una mano?
Yo tengo una planta y todo, pero no la puedo fumar porque me da diarrea. ¡Una cagada!
- ¡Valga la redundancia!
- See ja. Estuve nosécuánto esperando que creciera, y cuando voy y la fumo me da cagadera...
Por eso siempre vengo a pegar acá, los locos ya me conocen. Pasa que, entre el laburo y las horas de viaje, te cansás. Imaginate que me vengo de Buenos Aires hasta acá, un par de veces a la semana... es mucho. Y necesito bajar. Mi mujer se me enoja siempre, pero ¿qué le vas a hacer? No sé cuántas veces me habrá preguntado '¿vos fumaste antes de venir acá?' Y yo nada, se lo negaba a muerte, hasta que un día le dije 'sí, siempre me fumo uno, no quiero estar todo el tiempo careta, si te gusta bien y si no también...'
Porque es como dice mi tatuaje mirá...

Y ahí me mostró el brazo con el tatuaje, que decía, afirmaba, sugería, aseguraba y cocreaba:

Sin locura no hay felicidad

[la piel inteligente, la sincronicidad misteriosa, todo sabiendo que era eso lo que estaba esperando, ese mensaje que llegó desde lo más inesperado, y que hizo que el inconciente aflorara en un instante en el que te das cuenta]

- Ehhh loco, toda una filosofía de vida. Porque no es solamente ESA locura, es la locura como el que hace monadas por hacerlas nomás.
- Claro, te mandás la parte y después te cagás de risa. Pero es así loco, si no hacés algo que disfrutás o si no disfrutás lo que hacés, estás muerto en vida. La locura es hacer las cosas diferentes, ¡pero por probar nomás! Por eso, la mejor es ponerle locura a todo.
- ¿Sabés que gracias a la locura estoy acá? Quise probar algo y voy viendo cómo me sale...
- ¡Dale para adelante loco! Que sino después te quedás con las ganas y te arrepentís... Ehhh ahí viene mi bondi!

Nos saludamos apurados y el loco arrancó para la esquina. En medio de la calle, a los gritos, me dijo:

- ¡Espero volver a cruzarte alguna vez!
Y se fue, tan rápido como había llegado.

Extraños y confusos son los caminos para quienes no dejan de hablarse al transitarlos. Sabios son, si te rendís al momento y al silencio que anteceden los encuentros.

Y ese fue sólo un instante sin tiempo en una noche más, como cualquier otra, en medio de la vorágine turística- carnavalesca de Gualeguaychú.



Ponele

Navegar en el mundo poema
encontrar una bajada y mandarse
(así como viene, sin titubeos y sin frenos)
jugar a los segundos que se estiran,
todo ya todo acá
y saborear felinamente la proximidad del encuentro.

Las cosas se dan cuando estás sumergido en otras cosas.