jueves, 2 de noviembre de 2006

Pequeños milagros cotidianos no hollywoodenses

  • Que la pava hierva cuando tengo hambre y así puedo desayunar
  • Que, inexplicablemente, siempre llegue a tiempo a todos lados, aun cuando llego tarde
  • Que el cielo sea cada día más hermoso
  • Que los árboles lluevan sus pétalos liláceos y alfombren la vereda majestuosamente, antes de que uno pase sobre ellas
  • Que los faroles se enciendan cada vez que camino por debajo, y que, sin darme cuenta, descargue espadas invisibles para que así sea
  • Que todos los días haya algún minúsculo motivo para reír
  • Que nunca me canse de hacer lo que hago
  • Que me suicide todas las noches, para renacer por las mañanas
  • Que todo fluya
  • Que algunas cosas sean
  • Que algunas cosas no sean
  • Que pueda andar descalzo por las calles
  • Que, con mucha o poca plata, la comida sea siempre riquita como muslos vírgenes
  • Que, en algún momento del día, se me ocurra algo nuevo
  • ¿Y qué más?

Finales inconclusos que distorsionan las estructuras metodológicas del ser corriente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que nunca dejes de soñar
Que nunca dejes de ser
Que nunca dejes de amar
Que siempre dejes que te amen

QUE NUNCA DEJES DE VOLAR ¡¡¡