domingo, 26 de noviembre de 2006

Belleza


Hollywood no tiene nada que decir: puede venir con sus aparatosas imágenes de amaneceres artificiales, montañas de hule o cielos hechos en estudios metálicos y hojaldrados, pero a mí no me puede revelar belleza alguna.
Podrán poner en juego hasta la última de las artimañas de racionalidad instrumental, buscarán relllenar cada poro, cada hálito de cambio emergente desde el fondo de los pesares de los poetas, y se indignarán con la locura de las acacias solitarias que se masturban en la arena y no beben de la maquinaria anestesiante; pero la palabra encuentra su propio límite: yo encontré la belleza en el jardín de mi casa.
O sea, nadie vino y me dijo: esto es belleza nito, mirá y aprendé. En realidad, yo iba caminando por un sendero de hormigas, intentando socializar con ellas para ver si me revelaban el secreto de la fabricación de la ambrosía, cuando de pronto mi sexto chakra percibió esta bella flor que hoy tengo entre mis pliegues neuronales: brotada de la tierra, humedecida por el cielo y admirada por mí, simple mosquito parlante.
A veces, en la costura de las siestas, palpitan formas mucho más complacientes al ojo y al alma que las trilladas explosiones transmitidas en cadena, y murmuran gotitas de agua que pueden más que la omnipotencia de los jerarcas eclesiásticos.
Es así como lo débil vence, es así como lo pequeño se hace grande.
Y es así como lo verdadero brota de la tierra y no de la intimidación discursiva.
Belleza. Toda en frente de nuestras propias narices. Y nosotros, cegados por el impacto de los afiches publicitarios, sin poder verla...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MI QUERIDO MOSQUITO PARLANTE
No es fácil, hoy, apreciar la belleza de una flor del jardín de tu casa, hoy, atiborrados y bombardeados por pechos y traseros. ¿Cómo será el mañana? Le enseñarás a tus hijos lo que significa la belleza de una flor en el jardín de tu casa?

Nito dijo...

¿El mañana? Quién sabe que depara el mañana para nuestras almitas empapadas de esperanza...
Me preguntas (vos, ser anónimo) si a mis hijos les voy a enseñar lo que significa la belleza de una flor.
No creo.
Tampoco les voy a mostrar el dolor cuando vean la lágrima decrépita de un/a amante abandonad@
ni la alegría en la mirada de una madre primeriza
y ni siquiera la resistencia multicolor en los volantes que cantan pidiendo autonomía.

Yo sólo les indicaré con el dedo todas estas cosas. Ellos sacarán sus propias conclusiones...En mi casa no faltará levadura ni caña de pescar...