
Volví.
No hace mucho tiempo
experimenté la soledad
a través de un comentario ajeno.
Fue como encamarse con un espantapájaros
todo trivial y absolutamente premeditado.
Descubrí lo que no quería.
Después de lo espasmódica que fue la cena,
ahí estaba esa cosa,
viscosa y trunca,
saladas las arterias.
Estaba sola.
(y para más detalles, gorda y triste).
...
Podría pensar
que soy yo
que me corresponde ser así
que hay una relación entre uno y otro.
Pero no.
No hoy.
Ya no.
(Juro que respiro hondo
siempre que lo siento
En cierta forma lo recuerdo.
No sé.
Quizás.
Quién sabe)
En estos días,
me guardo para Ella.
Desperezo mis letargos
y perfumo mis tigres algodonados
porque
(y esto es desde hace un rato)
desde el filo sinuoso
de mis pestañas
presiento un Amor
acercándose a mis orillas...