martes, 16 de enero de 2007

Vacaciones

Ya sé, estoy de vacaciones y no debería hacer esto.
Ya sé, tendría que relajarme y disfrutar el tiempo azucarado.
Pero juro que si no escribo, mato a alguien.
(Creo que todos estaremos de acuerdo en que es mucho mejor escupir letras al infinito
antes que cometer asesinato.)
No puedo acallar el caos que hay en mí. No hay receta para sincronizar mi mente.
¿Vacaciones? El pensamiento no descansa,
las emociones se disparan
y el cuerpo queda tildado ante semejantes fogonazos de furia y de andares azules.

Maldito yo, maldito inconciente y maldito señor Brujo que me confunde entre las fresas y las sierras.

Todo lo que pedía era relajar la piel y sonreír con las locuras cotidianas, pero el rallador de queso cerebral ataca de nuevo: tengo que vomitarte.

Me encantaría vomitarte.

¿Por qué me aferré tanto? Más lejos del Origen, más aferrado estoy, y más sufro.
("Las palabras rectas parecen paradójicas")

Quisiera haber nacido etrusco, para reír religiosamente...
Momento. ¡Ya lo soy!

Ahora, ya no más malestar.
Ya está. Te escupí.

***
Voy a caminar bajo la llovizna. A ver si trae suerte...

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