sábado, 25 de abril de 2015

Apertura temporal

A veces no hace falta viajar para viajar.
(Y ni siquiera tener la mochila a cuestas)
Nunca nada se detiene en la esfera celeste.

No sé si serán los observadores que se han activado o qué
pero es cada vez más frecuente el mirarme mirar
desde la conciencia que más allá de todo está ahí
como el- viajero- que- se- ve- viajar.

Porque todo pasa en un respiro, entre esos pasos atolondrados que son los míos, esas plazas esos árboles ese verdor esos colores, los otros viajeros las complicidades, los autos y las risas de los pasajeros, el salir de algo que me llena para ir hacia algo que me llena, la gratitud como forma-de-estar, porque todo todo está en un solo momento en el que sentís la vida latiendo desde y para todos lados...
Eso, eso que te hace pleno, plenitud presente, es estar vivo.
Y no hacen falta ni valles ni montañas para percatarte de tan ingenua y afortunada condición.




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