viernes, 18 de febrero de 2011

Hermosas visiones de las realidades sutiles...

en un girar de ojos,
se desparraman ante mí
infinitos mundos indecibles


de voces

de imágenes

de andares...




De tropiezos estrepitosos

y días amargos.


De esquinas abarrotadas
vómitos no vomitados...


De los libros, ¡toneladas de libros!


De las profesiones elegidas en la niñez:
médico, biólogo marino, turista (!!!), sismólogo, cirujano,
reparador de PC, detective, periodista...


De las historias que contaba en los recreos católicos:
duendes, monstruos, brujas, fantasmas, adoración a Satán incluida...

De los cuestionamientos al Sagrado Dogma
que me costaron muchos reproches.

De mi despiadada, clásica e inigualable torpeza
en los juegos de pelota.



De la vez que mi abuela
prometió que volvería
o -más aún- cuando cumplió su promesa.

De la vez que mi abuelo
me animó a defender mis convicciones
(contrarias a las suyas, pero convicciones al fin).
De su mirada cómplice ya en sus últimos días...



De la infaltable frialdad
en los momentos más extremos

la dureza de las lágrimas

la terquedad de las ideas

la risa de los cómplices

y la dulzura de las palabras.




De los amigos que nunca veo
de aquéllos que siempre están
las vivencias que se hicieron mías
(o más bien, yo de ellas).


De las anécdotas entre nosotros
las risas estiradas
y si... las tentadas interminables.


De aquella canción que me la recordaba
o los temas de moda, por qué no...


Del descubrir nuevas esferas
y sumergirme con ciega devoción
en lo que hago...
Para pasar a otro tema al mes siguiente.



De las siestas pesadas
las rutinas bimensuales
¡los viajes! astrales
las endorfinas teatreras

y la acción plena disimulada
tras un manto de silencio.

De aquélla vez en que descubrí el Amor
(caminando yo, entre las nubes).
O de cuando el afán del control
tomó partido
y humillé a universos enteros.


Del acecho constante,
la vigilancia epistemológica,
la inmutable superficie
de mis Océanos de pasión...
(y también de los de furia).

La intensidad romántica
los proyectos alcanzados
las victorias acumuladas
desnudadas entre miradas y aplausos.

De los momentos turbios
seguidos por la claridad del ver.



De más futuros
[videncia del aquí - ahora]

De las tentaciones a las que he sucumbido
y de los vicios desterrados...


De la búsqueda
el motivo
el origen
las sardinas
la muerte tras muerte tras muerte

y
siempre
la vida.





[...25 revoluciones solares, ¿qué tal?...]




2 comentarios:

Anónimo dijo...

increíble !
que manera de decir tanto y tan perfecto !
me encanto !
mmm.. es tu cumpleaños? Ohhh...

Nati Gigliotti dijo...

cuántas cosas ni, tanta vida tan bien dicha en un poema.
hermoso.

que sea bienvenido el cuartito de siglo amigo (aunque creo que lo fue).

Abrazo
na.-