sábado, 18 de octubre de 2008

Interludio de pestaña

Tengo sed de divinidad.
Abro los brazos en sazón de consuelo...

Pero amanezco sosteniendo
sólo una pizca infinita.

1 comentario:

Nati Gigliotti dijo...

y que pasa cuando el infinito es todo esto que nos sacude y nos duele un poco y nos aturde?

debe ser lindo el infinito. pero prefiero lo inconmensurable que habita en lo finito y que todavia me falta descubrir...

te quiero rumi

abrazo

na.-